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1/3/11

fast design

Die Welt des Grafikdesigns


Mi artículo de diseño gráfico sobre el Fast Design, término que yo mismo he inventado para referirme a la contratación de servicios de diseño tratados como comida basura, está ya disponible en la página Web de twago (en portada) en 4 idiomas (castellano, inglés, alemán e italiano). Gracias, Paula!



Estamos encantados de publicar este artículo de Javier Llanes Ballester, diseñador gráfico y comunicador audiovisual que vive y trabaja en España.
¿Qué es el diseño gráfico?, me preguntaba el otro día en uno de tantos transbordos de metro. Estaba ante mis ojos, como cualquier otra cosa: en la estación, en el camino de casa al metro, en mi cocina a la hora de desayunar… Y en el monitor de mi ordenador ahora mismo.
Marcas, símbolos, logotipos, tipografías, imágenes, texto, trazos, formas. El diseño gráfico es la suma de cualquier elemento gráfico (texto, imágenes, ilustraciones) compuesto sobre algo. En camisetas, en el bote de nesquik, en carteles, postales, tarjetas, facturas, sobres… El diseño está tan presente en nuestro día a día, que no apreciamos el costoso trabajo que puede llevar implícito. Y es una poderosa herramienta de persuasión. Tiene que comunicar algo. Si no hay comunicación, no sirve de nada. Es la forma más básica y representativa, en mi opinión, de la comunicación visual.
El diseño siempre ha competido con un término infinitamente más apreciado: arte. El diseño busca una solución comunicativa; conlleva una configuración mental, un análisis previo y una organización premeditada enfocada a cumplir un objetivo: comunicar. Mientras que el arte es aquella actividad realizada con un fin estético o comunicativo. Es decir, con el arte nos encontramos ante una disyuntiva: comunicar o no. El arte puede permitirse el lujo de tener una mera función estética. Un cuadro de Piet Mondrian puede comunicar o adornar, pero forma parte del arte abstracto, y por lo tanto no tiene una representación figurativa. Un diseñador gráfico, por continuar con Mondrian, podría poner de fondo un cuadro de este artista, combinarlo con texto y crear un cartel de una famosa película. Ahí radica la diferencia de ambas disciplinas.
Como todo, dentro del mundo del diseño las cosas también se han puesto feas en los últimos años. Nos encontramos ante trabajos muy pensados con un resultado óptimo que funciona y, por el contrario, otros no tan buenos. Es aquí donde chocamos de frente con otro de los términos de moda: crisis. La crisis está afectando al mundo del diseño y las marcas prefieren tragar saliva y ahorrar, invertir en otras cosas y dejar de lado una posible renovación o lavado de cara de la marca. Aguantar el tipo. Y en esta jungla de euros se cuela inteligentemente la opción de combinar ahorro con acción. Las empresas se preguntan: ¿y si contratamos a un diseñador gráfico para que nos cambie toda la imagen corporativa por un precio vergonzoso? Sí, así es. El trabajo y el esfuerzo creativo que conlleva se devaluan. Y el diseñador en crisis acepta. E incluso peores cosas se ven: empresas que prescinden totalmente de renovaciones de su imagen corporativa, y caen en la monotonía de una marca que, probablemente, necesite un cambio. Antes del diseño gráfico, hay cosas más importantes para ellos por las que apostar. A veces se equivocan: un inteligente cambio de imagen corporativa puede ser el detonante de una buena racha.
En el mundo del fast design, como podríamos vulgarmente denominarlo, existen unos trucos y unas pautas que pueden funcionar muy bien a la hora de crear una rápida y básica pero eficaz marca. Éstos son algunos de los consejos a tener en cuenta:
  1. Elige un nombre breve. Así evitarás la ilegibilidad y la gente recordará la marca fácilmente.
  2. Dibuja primero. Coje papel y lápiz. Haz esbozos. Aunque no sepas dibujar, escribe en el papel lo que crees que luego harás.
  3. Sencillez. La simplicidad en la creación de la marca es un éxito asegurado. Cada vez más, una marca complicada y difícil de leer son conceptos poco vistos. La sencillez funciona y no por hacer una marca simple estamos llevando a cabo un peor trabajo. Por el contrario, un logotipo fácil de ver funciona y es una buena idea.
  4. Cuidado con el tracking. La separación entre caracteres en el logotipo debe estar bien cuidada. Si juntamos demasiado las letras no lo leeremos bien.
  5. Antes de llegar a las artes finales, enseña la marca a familiares y amigos. ¿Lo entienden? Si es así, algo va bien.
  6. Si la marca está en color, pásalo a blanco y negro. ¿Aún se entiende?
  7. La eufonía. La pronunciación del nombre del logotipo debe ser agradable. Ten en cuenta el alcance geográfico de la empresa.
  8. Cuidado con las mayúsculas y las minúsculas. Dependiendo de cómo sea la empresa, pueden funcionar mejor unas u otras. Piensa en DANONE vs. adidas.
  9. Originalidad. Tu marca tiene que llamar la atención.
  10. Ten en cuenta la memorización. La gente tiene que recordar la marca. En parte la originalidad tiene mucho que ver en este aspecto.
  11. Aplicaciones. Piensa cómo se va a aplicar la marca. Packaging, carteles, flyers, postales, tarjetas…
  12. Olvídate de los degradados, sombras u otros efectos. Empeorarán, probablemente, la marca. Son complejos. Es recomendable utilizar colores planos, símbolos fáciles y nombres eficaces.
Ya tienes lista tu hamburguesa, digo marca. Parece fácil, pero a la hora de diseñar, no todo es tan simple. Hay que tener en cuenta muchas cosas. El diseño es creativo y divertido, pero complejo y abrumador a la vez. Algo que parecía simple puede convertirse en un gran dolor de cabeza. Si esto pasa, cierra el ordenador, baja a la calle, haz unos dibujos, ve a lo simple, no te estanques. El diseño es entretenido y si éste es nuestro trabajo, disfrutemos con él. Pero recuerda: las ideas valen dinero.

twago
twago magazine

1 comentario:

Enricsol dijo...

Muy intersante Aiken, sin duda!

Suerte en tu camino evitando estos abusos... y si, las ideas valen dinero!