by John Kylven
Era una fieshta. Ya estamos en mayo. Y de momento no se ha cumplido eso de que cuando en marzo mayea, en mayo marcea. Me encanta bajar a pasear a Milú por Plaza de España a las 21.30 en manga corta, comer dos días seguidos en el Templo de Debod y dormirme en el césped mientras me convierto en aperitivo para las hormigas. Ya tengo ganas, sin embargo, de hacer ese viaje a Italia en junio para estar con mi hermana y volvernos locos en los mercadillos de ropa vintage de allí, que para nada pueden compararse con las tiendas de Malasaña. Menuda diferencia. Y qué ganas también de dormir en mi bonita autocaravana. De momento tendré que conformarme con intentar avanzar con el Proyecto este mes y tomarme muchos cafés sensacionales. Os mantendré informados.
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